martes, 29 de septiembre de 2015

Géneros literarios. 1º Bachillerato

Género narrativo.
En verso

Poemas épicos: Son primitivas composiciones de transmisión oral que ensalzan las hazañas de un noble guerrero. A partir de estos poemas, de crónicas históricas y de otros materiales, debieron de componerse por escrito los extensos cantares de gesta.

Epopeya: Narración en verso, por medio de un narrador omnisciente, de una acción memorable que realiza un héroe en su camino hacia el cumplimiento de su destino. Esta acción puede ser decisiva para la Humanidad o para un pueblo. El tono es elevado. Ejemplo: La Ilíada, de Homero.


Cantar de gesta: Composiciones medievales que referían las hazañas de un héroe de cualidades sobrehumanas en el que se concentran las virtudes de un pueblo. Estos cantares de gesta estaban escritos en las nacientes lenguas romances. En Francia, destaca “La Chanson de Roland” y en España, el “Cantar del Mío Cid”.


Romances: Son narraciones en verso octosílabo, algunas de ellas nacidas de fragmentos de cantares de gesta, que paulatinamente se configuraron como un subgénero propio. En sus orígenes se transmitieron oralmente, aunque a partir de los siglos XV y XVI se recogieron por escrito.


Fábula: Son cuentecillos de intención didáctica, generalmente en verso, cuyos protagonistas suelen ser animales. De origen probablemente oriental, la fábula es un subgénero cuyo primer autor conocido es el griego Esopo (siglo IV a.C.). En la literatura castellana destacan Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego.


En prosa

Cuento: Es un relato de corta extensión, de acción concentrada y lineal, protagonizado por un número reducido de personajes, en el que las referencias espaciales y temporales son muy escuetas. Es posible distinguir una variedad tradicional, con intención didáctica (como los exemplos medievales), y una línea contemporánea, en la que son habituales los finales inesperados y sorprendentes.


Novela: Es una narración extensa que, en general, presenta una acción más compleja que el cuento y es más detallada en el tratamiento de los personajes, los lugares y el tiempo. Son más abundantes las descripciones y los diálogos. Según el tema principal de cada obra, se pueden distinguir diferentes clases de novelas: de aventuras, policíacas, románticas, etc.


Leyenda: Narraciones ficticias, incluso muchas veces fantásticas, que inicialmente eran transmitidas oralmente de generación en generación. Estas son entendidas como el reflejo del folclore de determinados pueblos. Se ubican en un tiempo y lugar que resultan familiares a los miembros de una comunidad, lo que aporta al relato cierta verosimilitud. Hay una larga tradición popular de leyendas locales, difundidas oralmente, a las que se han unido las leyendas creadas por autores cultos que siguen el modelo tradicional. Por ejemplo, las escritas por Gustavo Adolfo Bécquer.


Género lírico.
Oda: Es un canto de tono elevado y solemne en el que se elogian realidades diferentes: la amistad, la música, la vida en la naturaleza, etc. El más renombrado escritor de odas en la literatura castellana es fray Luis de León.
 Himno: Se trata de un poema destinado a exaltar a  un personaje, realidad o acontecimiento que produce la admiración del poeta o de una comunidad. Un ejemplo de himno es La salutación del optimista de Rubén Darío.

Elegía: Es una composición de tono melancólico o grave, que expresa el dolor por la muerte de alguien. Un ejemplo es la obra de Jorge Manrique Coplas a la muerte de su padre.

Égloga: Se trata de un diálogo poético sobre vivencias amorosas entablado por refinados pastores en el marco de una naturaleza idealizada. En la poesía castellana es Garcilaso de la Vega el autor más célebre dentro de este subgénero.

Canción: Es una composición de origen tanto popular como culto, generalmente de contenido amoroso. Presenta numerosas variantes, por ejemplo el villancico o la canción petrarquista.
Sátira: Es una pieza en la que se critican vicios y costumbres de personas o grupos sociales con intención burlesca o moralizadora. Son muy conocidas las sátiras escritas por Francisco de Quevedo.
Género dramático.
Formas mayores:
Tragedia: Nacida en la antigua Grecia, representa acciones graves protagonizadas por personajes de elevada condición social. Estos oponen su dignidad contra un destino desfavorable o contra un poder superior, frente al que acaban fracasando.
Comedia: Es también de origen griego. En la comedia, los personajes comunes y corrientes daban vida a acciones de la vida cotidiana. En este tipo de obras prevalece un enfoque humorístico y suelen tener un final feliz.
Drama: Ofrece un conflicto serio, aunque salpicado de escenas más ligeras que alivian la tensión. Los personajes se inspiran en la realidad cotidiana y el desenlace suele ser desdichado.
Formas menores:
Auto sacramental: Es una pieza de un solo acto. Los personajes representan conceptos abstractos de índole religiosa. Se representaban con motivo de la festividad del Corpus Christi. Ejemplo: Los autos sacramentales de Calderón de la Barca.
Paso: Obra breve con finalidad cómica concebida para ser representada en los entreactos de las obras mayores. Su creador fue Lope de Rueda.
Entremés: Es muy similar al paso, aunque la acción y los personajes suelen ser más complejos que en el paso. Uno de los mejores autores de este subgénero fue Miguel de Cervantes.
Sainete: Obra cómica heredera del entremés. Incluye alguna canción o baile e incorpora los nuevos tipos sociales que van apareciendo en cada época. Su origen data del Siglo de Oro español. Destacan los sainetes de Ramón de la Cruz.

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